jueves, 28 de agosto de 2008
Con los ojos muy abiertos
y la piel desnuda,
esperaba que la luz egoísta
alumbrara mi desconsuelo...
Vana espera, cruel fantasía...
Las uñas enterradas en la carne
los ojos cerrados,
vuelvo a mi fortaleza de frías rocas,
no esperen una sonrisa
sellaré mis labios
con cristales de lágrimas congeladas
de aquella noche, tras la cual no hubo amanecer...
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